jueves, 11 de agosto de 2011

Nuwanda's Bawl


Los ángeles lloraban con agonía en un atardecer de Noviembre, sobre mi rostro caían sus lagrimas abriendo mi piel y sus llantos perturbaban mi mente hasta parámetros infinitos, tratando de huir de aquella frialdad del bosque que me debilitaba, en busca del calor de tus abrazos. Campo a través, corriendo, dejando que mis pies acariciaran tus verdes arterias, escuchando sus aullidos desde el túnel, se que me buscaban por mi sangre y que pronto caería en sus garras puesto que mi Dios, dijo que me abandonaría  porque pecadora quise ser. 


Yaciendo aquí sobre tu manto, mi tierra madre, sintiéndome arropada, aquí vuelvo cerca de ti, para que me escuches y calmes este dolor que día a día consume mi ser. Aún recuerdo tus raíces robustas y sabias, cuando cual tecla de piano las acariciaba, creando así místicas melodías, una llamada a lo salvaje, una oda a la liberación. Aún recuerdo cuando tu espíritu me susurraba viejas historias de amados inmortales, mientras una dulce aura recorría todo mi cuerpo, despertando toda sensibilidad, arrastrándome por tus tierras, alcanzando el clímax, adentrándome en tus aguas, inundando mi alma de falsas esperanzas y nulos propósitos,
embarcándome así,


hacia los puertos grises,


en busca del beso final…





Nuwanda Mac Brádaigh Ó Faoláin.