jueves, 20 de octubre de 2011

Conclusiones

No me pondré hablar de lo compleja que es la vida, puesto que todo el mundo es testigo de este hecho y cada cual tiene sus vivencias, ni de lo difíciles que pueden llegar a ser las relaciones humanas, eclipsando cualquier culebrón hollywoodiense dónde una historia de lo mas rebuscada, dos protagonistas con sobredosis de belleza griega inyectada en quirófano y una pizca de efectos especiales made in usa toman parte en la gran pantalla, presentando así lo que ellos intuyen como realidad, pero no seamos estúpidos, esa basura solo prolifera en esas mentes comerciales. Lo que realmente vivimos día a día goza de mas talento intelectual y adrenalina,  ¿Para que malgastar el tiempo viendo otras historias, cuando nosotros ya tenemos una propia que podemos moldear a nuestro antojo sorteando los obstáculos pasajeros? Tampoco intento ser otra escritora cosmopolita más, creyendo saber todo acerca de las relaciones, es imposible seguir una partitura y no quedarte en una blanca seguida de un silencio, a no ser que quieras parecerte al tío Wolfgang. 
La mayoría sabemos que se nos ha colocado en este mundo sin un manual de instrucciones a modo de prueba, cual Mogly en la jungla, correteando por esta selva hasta que un día te llevas un buen golpe, ya en el suelo y con las rodillas sangrando, la mujer que te dio la vida correrá hacia ti, no sabes si para aliviarte ese dolor primero o para castigarte por tal hazaña, que mas da te llevaras este 2x1 de todos modos. A medida que uno crece, te dejan de sangrar las rodillas, y lo que mas te duele se encuentra en lo mas profundo de tu corazón, mientras que la tristeza, la impotencia y la decepción se apoderan de tus noches, yaciendo en la cama, envuelto de esa nostalgia de días pasados, en los que compartiste todo con una persona, con la que decidiste caminar, no era necesaria una conversación fluida pero era agradable saber que caminaba junto a ti, dos paseantes que decidieron hacerse compañía, pero que por alguna razón debida a estos obstáculos pasajeros se hicieron daño, sin realmente quererlo ni desearlo. Es en estos momentos de tu vida, en esta situación en la que te quedas levitando en el cosmos, con miles de incógnitas recorriendo tu mente, y preguntándote ¿Dónde fue todo aquello que era nuestro?
El amor no desaparece, ni se olvida, simplemente se esconde sin mas de repente en algún lugar remoto dejandonos en stand by, pensando si algún día no muy lejano todo volverá, ya que por mucho que intentemos ser personas autosuficientes y realizadas necesitamos de los demás y lo mejor que te puede suceder en esta vida es hallar a esa persona, mirarle a los ojos y entender así lo que decía mi buen amigo Beethoven...
siempre tuyo,
siempre mío,
siempre de ambos.


Nuwanda Mac Brádaigh Ó Faoláin.

martes, 18 de octubre de 2011

The Wren nights


El vacío de la noche, la densa oscuridad y la primera lágrima que se desliza sobre mi rostro, mi corazón se encoge y el dolor se hace presente con cada respiro. Mi mente se perturba con tus recuerdos y mi cuerpo se arropa en la esquina de una cama fría y solemne, dónde en su día se desataron las mas lujuriosas pasiones. 




Dejo caer mi mano, sobre las sábanas buscando así, la presencia de tu alma, que  me envolvía en ese cálido abrazo y me protegía de mis propios miedos, esos a los que tememos hacer frente, por pavor a descubrir quienes somos realmente.
Mi cuerpo ya sin fuerzas, abatido por el sufrimiento se deja caer y entre la lucha unificada de la realidad y sueño, agarro el cojín con rabia y ternura, recreando así las dimensiones de tu cuerpo y en la soledad de la noche, envuelta en llantos, poco a poco mis ojos llegan a su final, derrotados por el amor que decidió salir a la luz, emergiendo a través de un mar embravecido, para alcanzar el punto más efímero en tu último beso al amanecer.




Nuwanda Mac Brádaigh Ó Faoláin.