martes, 12 de julio de 2011

Immortal beloved


Podemos irnos a donde no llueva... 


Dónde los campos de ríos sangrientos se sequen con el calor de tu alma, tus besos curen las heridas marcadas por el fallecimiento del honor de los dioses que bajaron a la tierra envueltos en llamas, quemando así el rastro impuro de los más profundo de su alma. En su día, observaron el sol naciente de la tierra, donde brotan las termas, donde fluyen esas esperanzas perdidas por el orgullo al poder, pero nosotros uno frente al otro sintiendo ese aire que te envuelve y te eleva hasta el lugar mas lejano y oscuro del cosmos, provocando así una excitación inmediata encarnando de nuevo ese papel de jóvenes rebeldes ansiosos de deseo cual flor quemada por este sol naciente y revivida en lo más profundo del océano, envueltos por esas olas que irrumpen este corazón cual costa resquebrajada por el paso de los años que ya pesan en nuestras vidas ya escurridizas se escapan a través de nuestras manos juntas bajo tierra, donde todo empezó.





Nuwanda Mac Brádaigh Ó Faoláin.

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